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PetAirways ofrece vuelos exclusivos para canes y gatos con todas las comodidades en EEUU


Las mascotas no entienden de crisis. O al menos parecen ser inmunes a ella. Ajena a bancarrotas, desplomes en Wall Street o despidos masivos, la industria de las mascotas estadounidense prevé crecer este año un 1,3%.

Así lo señala un estudio reciente de la firma IbisWorld, que resalta que este negocio generará 516.000 millones de dólares (367.700 millones de euros) a lo largo del 2009, al mismo tiempo que la población de perros y gatos aumentará hasta 169 millones de ejemplares.

Ante unas cifras tan alentadoras, no es de extrañar que muchos empresarios busquen hacer su agosto en el mercado de los animales domésticos. ¿Lo más novedoso? PetAirways, la primera aerolínea dedicada exclusivamente al transporte de perros y gatos. El pasado 14 de julio, la compañía abrió las puertas a sus peludos clientes, que viajan a cuerpo de rey en la cabina principal del avión. Lejos quedan los pequeños cajones en la bodega, sometidos a temperaturas extremas y frecuentes golpes contra el equipaje.

«La seguridad, comodidad y cuidado de nuestros pasajeros es lo mas importante», señala la directora de PetAirways, Alyse Tognotti. De este modo, cada vuelo de la compañía acoge hasta un máximo de 50 animales en un espacio totalmente iluminado y con circuitos de aire fresco. Como cualquier avión comercial, la aerolínea cuenta con una plantilla de azafatas, a las que se exige experiencia previa con el trato de animales domésticos, ya que se encargan de revisar cada 15 minutos cómo se encuentran los caninos y felinos pasajeros. Además, el personal de vuelo ofrece snacks, bebidas y facilidades para ir al baño cuando el pasaje lo requiere.

Los dueños de las mascotas también pueden respirar tranquilos. A través de la página web de la compañía, los propietarios de los viajeros tienen la posibilidad de seguir la pista de sus fieles compañeros. Esto constituye un gran alivio, teniendo en cuenta que los últimos datos del Instituto San Francisco SCPA–un centro dedicado al bienestar de los animales– señalan que de los dos millones de animales que se transportan anualmente en las bodegas de las aerolíneas comerciales, alrededor de 5.000 resultan heridos.

A partir de 149 dólares (106 euros) por trayecto, la compañía ofrece vuelos entre Nueva York, Washington, Chicago, Denver y los Ángeles, muchos de los cuales ya están llenos e incluso con lista de espera. «Estamos encantados con la respuesta de la comunidad propietaria de mascotas de EEUU», dice Tognotti. «Han apoyado totalmente la idea», añade. Tanto es así que la compañía ofrece tarjetas de fidelidad para los viajeros más asiduos y no descarta, en un futuro próximo, dividir cada aeronave entre primera clase y turista.



Todo un lujo a la altura de otros sectores del mundo de las mascotas. El negocio de Lisa Schreiber y Ofer Khal es una buena muestra de ello. Su establecimiento de 550 metros cuadrados en la ciudad de Washington es un verdadero paraíso cánido.

En la planta de arriba se encuentran una guardería de mascotas y la boutique del centro, equipada con toda clase de juguetes y utensilios para que a sus clientes de cuatro patas no les falte de nada. Escalones más abajo se abren las puertas del spa con servicios de peluquería, tratamientos de piel o acondicionamiento del pelaje.

Khal afirma que todos estos cuidados para perros y gatos se ofrecen porque sus clientes «miran a sus mascotas como hijos» y, por lo tanto, hay que tratarlos como tal.

Un poco más allá va la iniciativa emprendida por Sharon Knowles, quien ha sustituido las reuniones femeninas de tuppersex por encuentros para comentar –y comprar– lo último en el sector de las mascotas. La idea es la misma: amigas reunidas en el salón de una casa que juguetean con los artículos que la vendedora les presenta, con la única diferencia de que los vibradores y la ropa erótica son sustituidos por lujosos bolsos para portar gatos o collares de perro con cristales de Swarovski.

Nada que envidiar a sus compañeros humanos. Sino que se lo digan al cachorro de la marca de papel de baño Scottex. En su anuncio estadounidense, el popular labrador pasa el tiempo libre en un spa sometido a revitalizantes tratamientos de belleza. Entre el gozo de las burbujas de un yacusi, el perrito termina el spot diciendo: «It´s a dog´s life». («Es una vida de perros»). Razón no le falta.

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